Paula sube al 65 en Cabildo y Juramento, ya arregló para que los chicos vayan a casa de amigos después del colegio, es la una y está ansiosa.
Hace dos años que se separó del marido después de casi 20 años, el primero y el único en su vida. No sabe cómo hacer para salir, es tímida y no sabe ni cómo empezar.
Una amiga le dijo que se hiciera una perfil en una página de ciudad que se llama te busco, para salir, conocer gente, y ahí va a encontrarse con el primero que charló por chat, en cybers, no tiene banda ancha, a veces en lo de su amiga, pero generalmente pasa los mediodias, mientras sus hijos están en la escuela, sentada en mugrosos locutorios chateando, y se calienta con las cosas que le dicen se moja siempre, sentadita sola, sin tocarse, algo que acaba de descubrir.
Le daba miedo al principio ir a la casa de él, además es tan lejos, pero Fer es un bombón, le manda poesías de Neruda con música y ahora le grabó un cd de Arjona para ella.
Espera besos virtuales y poesías que vienen desde la pantalla a conmoverla, a movilizarla, y con eso no sabe qué hacer… la perturba, la hace volar y desde allá arriba volando se queda colgada de una palmera o recostada en nubes. Sin saber qué es lo que sucede realmente. Todo se vuelve una fantasía que sostiene, le ocupa los lugares y la desborda.
Así quedó desbordada de nada, a merced de nadie. Ni de ella misma, no puede bajar, no puede volver a lo real, queda rebotando contra decorados de ficción, sola bordando sus sesos con fantasías, imágenes de gente que no conoce y ella se lo cree todo, ahí queda detenida inmóvil… modificada.
El mundo ficticio se vuelve real y la toca, lo siente así, se modifica y las palabras se convierten en acciones, sin darse cuenta su cuerpo comienza a modificarse y sale otra Paula.
Allá va, en el 65 a encontrarse con la realidad de su fantasía, con lo concreto de un sueño, con Fer, solo un nick, pero que tanta emoción e intriga le provoca.
Curiosidad y deseo, por ahora, ya su cuerpo le dirá cómo anda, si lo deja entrar, si da, si lo quiere tocar, por ahora su cuerpo solo lo desea, pero todo es una fantasía, y en el bondi, viajando al encuentro y soñando no puede imaginárselo feo. Desearía tener menos expectativas, lo que sabe de él son solo palabritas en un monitor, ni siquiera escuchó su voz, cómo será? Un día le preguntó qué desodorante usaba para olerlo antes en una perfumería y saber cómo olería él.
Ayer desde la pantalla le decía que faltara al psicólogo para dormir juntos la siesta, que él le daría unos besos y ella no podía parar de chorrear la silla roñosa del cyber, se modifica solo con palabras.
Antes creía que las palabras que la modificaban eran la escuchadas, ahora descubre que también son la leídas, y hasta mejores porque como no descubre la intención del que las dice, ella misma se la pone y lee lo que quiere, están buenas, sean las que sean y ya no le importa nada, zarpa su almita a sitios insospechados, plena, voladora, a merced de lo impecable del sueño. Ingobernable su cuerpo hace lo que quiere y en el mar de dudas puede quedarse horas, días enteros.
Se compró ropa interior nueva para la ocasión, por las dudas.
Ahora a punto de tenerlo frente a ella, tiembla porque no es su sueño, es lo real.
El paisaje le dice que ya falta menos, parque centenario. El reloj le dice que ya falta menos, van 30 min de viaje, su estómago le dice que ya falta menos. Ansiedad y miedo, adrenalina pura.
Fer, aún sin conocerlo sabe que es un dulce, aún sin conocerlo sabe que ese de su imaginación será imposible de olvidar. Sabe que en un rato todo va a cambiar y será otro hombre, cualquiera. Pero todavía es genial, es superman.
Llega, es la hora, camina despacio hasta la calesita del Parque Patricios, allí quedaron en encontrase, se sienta en un banco lo espera, hace mucho frío, cielo gris y viento helado, sentada con su tapadito negro vintage mira alrededor, busca unos zapatos náuticos, le parecen horribles, pero son los que usa él, busca los ojitos azules de la foto.
Se acerca uno lindo, pero no la mira.
Sigue esperando, fuma ansiosa.
Continuará…
